PRONUNCIAMIENTO

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EN CONTRA DEL D.S. 4232

EN RECHAZO TOTAL A LA AUTORIZACIÓN DEL USO DE SEMILLAS TRANSGÉNICAS EN BOLIVIA

COLECTIVO REVOLUCIONARIO PLURINACIONAL

Como es de conocimiento nuestra Constitución Política del Estado establece, entre los derechos fundamentales de los bolivianos:

·      El derecho a la salud  (art.18).

·      El derecho a la alimentación sana (art 16).

·      El derecho al medio ambiente sano (art.33).

Por lo tanto, nuestra carta magna da el mandato al Estado de velar por estos, estableciendo en el art. 37 que“El estado tiene la obligación indeclinable de garantizar y sostener el derecho a la salud, que se constituye en una función suprema y primera responsabilidad financiera”, y -así mismo- la obligación  de “mantener el equilibrio del medio ambiente”(art.342).

Así mismo, establece como un principio fundamental“la seguridad y soberanía alimentaria de toda la población”y“la prohibición de importación, producción y comercialización de organismos genéticamente modificados y elementos tóxicos que dañen la salud y el medio ambiente”(art. 255 II.8).

De manera complementaria, la Ley 144 del 26 de junio de 2011, en su artículo 15 establece que:“No se introducirán en el país paquetes tecnológicos agrícolas que involucren semillas genéticamente modificadas de las que Bolivia es centro de origen o diversidad, ni aquellos que atenten contra el patrimonio genético, la biodiversidad, la salud de los sistemas de vida y la salud humana”.

En la misma línea, la Ley de Alimentación Escolar en el Marco de la Soberanía Alimentaria de diciembre de 2014, en su art. 7 parágrafo V, establece: “Queda prohibida la contratación de alimentos genéticamente modificados (transgénicos) para la alimentación complementaria escolar”.De igual manera el DS 0181 de 2009, en su art. (contratación de alimentos para el desayuno escolar y programas de nutrición) parágrafo I, establece:“Para la contratación de alimentos destinados al desayuno escolar y programas de nutrición, independientemente del monto de contratación, se deberá prever que los productos sean elaborados con materia primas de producción nacional, prohibiéndose la compra de alimentos genéticamente modificados (transgénicos).”

Es por la peligrosidad de los agrotóxicos que son parte de los paquetes tecnológicos que acompañan a las semillas transgénicas–y específicamente del Glifosato – ha sido crecientemente reconocida a nivel mundial en los últimos años, tanto a nivel de la Organización Mundial de la Salud.

Este decreto aprobado por el Gobierno Transitorio se orienta a beneficiar al sector del agronegocio, pero su aplicación provocaría grandes daños a la salud de la población, y daños irreversibles en el patrimonio genético y natural del país.

Este además constituye un atropello a otros mandatos de nuestra carta magna como el art. 241, que garantiza la participación del pueblo boliviano en el diseño de políticas públicas, el artículo 343 que establece el derecho de la población a participar en la gestión ambiental, y otros como los artículos 345, 352, 346, 381 . I, entre otros.

Es por este  motivo que  rechazamos  totalmente la autorización para el  uso de semillas transgénicas de Soya HB4, Soya Intacta y otro tipo de semillas transgénicas de maíz, algodón y de otras especies en todo el territorio boliviano, por las siguientes razones: 

  1. megadiversos del planeta (Este grupo lo integran 17 países: Australia, Brasil, China, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Filipinas, India, Indonesia, Madagascar, Malasia, México, Perú, Papúa Nueva Guinea, República Democrática del Congo, Sudáfrica y Venezuela.), y por tanto, centro de origen y centro de diversidad genética de especies altamente importantes para la seguridad alimentaria como el maíz. Aprobar sin restricciones eventos transgénicos en especies como el maíz atenta contra las 77 razas de maíz que posee el país y son base, actualmente, de la seguridad alimentaria de la población boliviana.
  2. Transgrede la Constitución Política del Estado, que en su artículo 255 señala textualmente “Seguridad y soberanía alimentaria para toda la población; prohibición de importación, producción y comercialización de organismos genéticamente modificados y elementos tóxicos que dañen la salud y el medio ambiente”
  3. Es un derecho y un patrimonio de los pueblos indígenas preservar y conservar las semillas nativas, la biodiversidad y también la defensa de nuestros saberes y conocimientos ancestrales.
  4. Muchos países del mundo están dejando de usar semillas transgénicas por el riesgo para la salud humana, medio ambiente y biodiversidad, optando por una producción más sostenible y saludable, además que se armoniza con el derecho de los pueblos indígenas.
  5. Profundiza la dependencia de empresas transnacionales perdiendo soberanía, autonomía y erosión de las prácticas ancestrales, destruyendo la agrobiodiversidad y el patrimonio natural y cultural de Bolivia que son la base fundamental para un verdadero desarrollo sostenible.
  6. Viola el Estado de derecho al no velar por los intereses nacionales, subordinándose totalmente al agronegocio, cuando existen alternativas sustentables para el desarrollo agropecuario en Bolivia.
  7. Provocará un aumento exponencial del uso de agrotóxicos. Existen evidencias científicas que el uso de agrotóxicos afectan negativamente al medioambiente (suelo, agua y aire), la salud humana y la biodiversidad.
  8. Exigimos se lleven adelante monitoreos en campo del evento autorizado (soya resistente al glifosato) como de otros cultivos importantes para Bolivia, ya que de manera especial existe evidencia científica ratificada por la OMS que el Glifosato (herbicida asociado a la soya transgénica) es probablemente cancerígeno.
  9. Con el pretexto de seguridad y soberanía alimentaria se viene justificando la deforestación irresponsable en la Amazonía y oriente del país. Estas zonas, en la actualidad, se constituyen en fuentes generadoras de agua y de regulación del clima para todo nuestro país.
  10. Será una puerta abierta para el ingreso de otros eventos transgénicos de otras especies, que pondrán en eminente riesgo la diversidad genética de nuestras semillas nativas, criollas, semillas campesinas y semillas de la vida. La misma, inducirá la pérdida de la diversidad genética, que nuestros pueblos  están recuperando para la soberanía y seguridad alimentaria. Bolivia es un país megadiverso, centro de origen de algunas especies cultivables nativas, donde existe una inmensa diversidad de cultivos según sus ecosistemas y ecorregiones. Lo que nos da la posibilidad de convertirnos como Estado en una potencia AGROALIMENTARIA
  11. Transgrede las leyes nacionales y acuerdos internacionales como la Ley 300 de la Madre Tierra, Ley 144 de Revolución Productiva, Ley 071 Derechos de la Madre Tierra, Ley 3525 de Fomento a la Producción Ecológica, el «Protocolo de Bioseguridad de Cartagena» del Convenio sobre Diversidad Biológica que Bolivia suscribió el año 2000 y ratificó mediante Ley Nº 2274, 22 de noviembre de 2001, entre otros.
  12. La introducción de nuevos eventos de cultivos transgénicos, no son lo suficientemente informados hacia la ciudadanía, y peor aún no toma en cuenta su posición respecto a un tema sensible para la salud y el medio ambiente. La CPE establece que la población tiene el derecho a la participación en la gestión ambiental, a ser consultado e informado previamente sobre decisiones que pudieran afectar a la calidad del medio ambiente (Art. 343 CPE).

POR UNA VIDA LIBRE DE TRANSGENICOS

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