LA C.O.B., EN LA MIRA DE LA DERECHA

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La COB, desde su nacimiento  es de perfil político y contestatario al Estado burgués.

El 17 de abril de 1952, nace la Central Obrera Boliviana al calor de la insurrección de mineros, fabriles, ferroviarios y campesinos; surge como fruto de una larga resistencia al Estado minero – feudal, responsable de varias masacres de trabajadores y campesinos; desde su nacimiento no es una simple organización gremial, tiene un perfil político y contestatario al Estado burgués.  Precisamente, sus primeras acciones son  políticas y van a tener una relevancia fundamental en la historia del país, la decisión de materializar la insurrección de 1952 e imponer con la movilización armada la Nacionalización de las Minas y el surgimiento de la COMIBOL, la Reforma Agraria y el Voto Universal, que determinan la transformación estructural de la sociedad boliviana. También fue decisión política la de participar en el gobierno del MNR, en el mal llamado “Cogobierno COB – MNR”, que concluirá cuando el gobierno decide asumir el “plan triangular” para liquidar la COMIBOL y destruir el sindicalismo minero a través de la masacre blanca, seguido de masacres sangrientas  y una cruel represión contra sus dirigentes.

La Historia de Bolivia, desde 1952, está profundamente relacionada con la Historia de la COB; por su estructura organizativa, en esencia obrera, pero aglutina a sectores de trabajadores no asalariados, como los artesanos, gremialistas o comerciantes minoristas; abarca también a organizaciones campesinas como la CSUTCB o Interculturales, a organizaciones de estudiantes, populares, artísticas o defensores de derechos humanos. Esta amplia representación supera las características de una Confederación obrera, para asumir la condición de una central que representa los intereses del conjunto de los trabajadores y del pueblo boliviano.

Con esta representación política y fuerza organizativa, fue la avanzada fundamental de la resistencia a las dictaduras militares desde 1964 hasta 1982, en la conquista de la democracia quienes pusieron los muertos, desaparecidos, perseguidos, torturados, encarcelados y exiliados fueron principalmente los trabajadores, campesinos e intelectuales progresista y de izquierda. El país le debe a la COB, la conquista del proceso democrático, que después el neoliberalismo nos arrebatará para imponer la dictadura del mercado.  

 La utilización de la COB, por los gobiernos neoliberales en un papel de celestina, fue también una “decisión política” de sus agentes incrustados, como Max Feraude, que acabó siendo candidato a diputado por el MNR,  Saturnino Mallcu, que junto con Roberto Pancorbo, inclinaron sus rodillas ante el poder después de la masacre de Navidad. Es el mismo rol de Guido Mitma, que pretendió colocar a la COB en la maquinaria del golpe racista y fascista del 2019.  Por eso, las críticas que provienen de fuentes de la derecha contra la actual dirección de la COB, bajo el argumento de que no está preocupándose por los problemas de los trabajadores es falsa e hipócrita.

Es verdad que el actual Comité Ejecutivo de la COB, en el periodo de la crisis política, tuvo un accionar vacilante. La derecha festejaba cuando se sumaron a la “sugerencia” de la renuncia de Evo Morales, pero el proceso de destrucción del aparato productivo, el despido masivo de miles y miles de trabajadores, la violación de las normas laborales junto a la pésima gestión de la pandemia que dejo a su suerte a los bolivianos, sin que se haya adoptado medida alguna que mitiguen el sufrimiento, dejando que la pandemias cause estragos, sólo por el cálculo político de seguir manteniéndose en el gobierno; obligó a un proceso de crítica y autocrítica, para luego asumir su papel de representación del conjunto del pueblo.

Dividir y destruir a la COB con la acción de ex dirigentes mercenarios

La derecha ha dirigido su mirada telescópica a la COB. Como en todas las anteriores campañas, el Ministerio de Gobierno es quien elabora el libreto con el asesoramiento de la Embajada e inmediatamente los medios de comunicación invitan “a los especialistas en el tema” y en las redes sociales los “cibernautas” difunden una serie de noticias falsas. En este caso, el objetivo es desarticular la COB, porque se ha constituido en el motor de la unidad y la movilización popular. Dos movilizaciones convocadas por la COB y el Pacto de Unidad han modificado el panorama político de manera preocupante para el gobierno y sus adláteres.

Yerko Nuñez, a nombre del gobierno golpista hizo denuncia penal en contra del principal dirigente de la COB, Juan Carlos Huarachi, obviamente inventando responsabilidades penales bajo la cobertura de la emergencia sanitaria, que les sirve para reprimir a los dirigentes sociales y políticos opositores, pero no para gestionar la atención de salud de los bolivianos que cada día mueren por decenas bajo la mirada socarrona de los del gobierno.

Inmediatamente dizque el CONADE, una banda de politiqueros  que reciben recursos económicos de la embajada yanqui por vender su “prestigio” de defensores de derechos humanos en favor de la derecha, se han pronunciado en contra de la COB. Su portavoz, Manuel Morales, tiene pasado izquierdista como Ivan Arias, con quien por encargo de USAID realizaron los preparativos golpistas en los Yungas. Estos infames que venden su conciencia por un puñado de dólares piden la renuncia de los dirigentes de la COB, desde una organización apócrifa y de intelectuales mercenarios que no tienen moral alguna para constituirse en guardianes de la democracia.  Para no desentonar con la criminalización de la protesta social repiten los argumentos del gobierno cleptómano, al acusar a la COB de “que atentan contra la salud de los bolivianos, convocando a marchas en distintas regiones del país, lo que se constituye en un riesgo para la propagación del COVID-19” (publicado en todos los medios). Pero estos infames, guardan silencio sepulcral ante los negociados  e ineptitud de sus secuaces del gobierno, por ejemplo, Marcelo Navajas, el principal autor  del negociado de los respiradores, no solo que no guarda detención, sino que sigue lucrando con la salud en sus clínicas privadas. Pero, ellos no dicen nada….

Página Siete, hace entrevista a Jaime Solares, un ex – dirigente descalificado por su pasado paramilitar; en el informe de la Comisión de la Verdad figura en la lista de los represores  junto a Luis García Meza, Luis Arce Gómez y otros que son responsables de asesinatos políticos, masacres, torturas, desapariciones y otros crímenes en contra de miles de bolivianos en el periodo dictatorial de noviembre de 1964  a octubre de 1982. Consecuente con su vida pasada estuvo comprometido con la conspiración golpista del año pasado, tenía la misión de organizar una COB paralela conjuntamente Guido Mitma, Roberto Pancorbo, Lucio Gonzales, Vladimir Terceros y otros, conocidos  por sus viejos vínculos con el neoliberalismo cuando eran dirigentes de la COB. Solares, a tono con el gobierno, afirmó “que el ente matriz de los trabajadores necesita un cambio de líderes…” y que se debe llamar a un Congreso Ordinario para elegir un nuevo Comité Ejecutivo. Obviamente su arrebato democrático es solo para la situación interna de la COB, pero ni una palabra sobre las elecciones nacionales, como no podía ser de otro modo se siente cómodo conviviendo con el golpismo de Añez y sus militares amigos, como el general  Marcelo Antezana, comprometido en el caso misiles. Guido Mitma, el ex dirigente de los discursos incoherentes y cantinflescos, es apenas un tonto útil en el tablero de la derecha dedicado a repetir el libreto oficial.

Y, casi a pedir de boca, aparecen es escena,  de  manera providencial los hados de la izquierda para hacerse aplaudir con su público de derecha: los loristas, mal apodados trosquistas; rodeados de los medios de comunicación protestan contra los dirigentes de la COB masista (lo dicen más elegante que el Bolas Murillo, para no parecerse mucho a él) y repitiendo el libreto de quienes ya sabemos, dicen que “los burócratas de la COB” no representan  a los trabajadores y que por tanto no acatarán la huelga general, provocando vítores y aplausos en su colmado público de pititas y fascistas, con quienes compartieron palco durante el proceso de golpe de Estado. No vayan a creer que por esta actuación hayan perdido su virginidad revolucionaria, lo que pasa que “las masas no están a su altura revolucionaria”. Luego seguirán gritando “viva la dictadura proletaria”, sin temor a ser perseguidos.

Defender la COB y fortalecer sus movilizaciones.

En la rearticulación del movimiento popular el papel de la COB es importante, ya que es la expresión de todos los sectores organizados, en los hechos tiene la representación de todo el pueblo. Las dos movilizaciones convocadas en junio y julio, han marcado el avance cualitativo de la resistencia contra el golpismo racista y neoliberal, pese a situación adversa que todavía impide que numerosos sectores se sumen plenamente a la lucha en defensa de la vida y la salud, la educación, la estabilidad laboral y el trabajo y  la democracia. Los trabajadores han comprendido que la solución a la crisis sanitaria, a la crisis económica y social puede venir con la elección de un gobierno legítimo, que tendría la responsabilidad de buscar soluciones estructurales a los graves problemas causados por los golpistas en el gobierno y el Covid-19. Frente al afán de desestructurar la COB, causar división y dispersión, los trabajadores y el pueblo en su conjunto deben cerrar filas para defender este instrumento de lucha de contenido clasista y plurinacional.

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