UNA OPORTUNIDAD PARA LA VIDA: PRUEBAS RÁPIDAS COVID-19.

Comparte:

Las empresas e instituciones públicas y privadas han reaccionado ante el incremento de casos de Covid-19, instruyendo a su personal someterse a pruebas rápidas, en laboratorios y hospitales particulares, que dispusieron para este fin laboratorios portátiles, con una inversión oportuna les reporta buenos ingresos, con costos por el servicio que varían desde Bs. 210 hasta 400 (que incluye, en este caso, auscultación médica general).

Una prueba rápida marca la diferencia entre la vida y la muerte, pues detecta de manera oportuna el nivel de contagio y evolución del letal virus, sobre la base de medición de las inmunoglobulinas IgG (anticuerpo que protege contra infecciones bacterianas y víricas) e IgM (primer anticuerpo que fabrica nuestro cuerpo para combatir una nueva infección). Como se puede ver, no se requiere de equipos extremadamente sofisticados ni costosos para detectar el virus y su estado de evolución.

¿Cuánto tiempo demora una prueba rápida? En el caso del hospital, desde que uno paga en la caja por el servicio hasta el resultado, se demora entre 30 m. y una hora. La valoración médica analiza temperatura corporal, pulmones, presión sanguínea, garganta, lo que brinda sensación de certidumbre al paciente. Si en ese examen detecta alguna sintomatología deriva al paciente a una tomografía y receta la medicación. Esta decisión puede ser vital para un portador de Covid-19.

Ante la falta de un plan de parte del gobierno, de manera responsable, anteponiendo la premisa de «la salud, primero», los sufridos funcionarios públicos erogan de su propio peculio para conocer su estado de salud, con las pruebas rápidas. La gente del pueblo opta por dotarse del kit preventivo y de tratamiento inmediato ante la primera sintomatología: antigripal, aspirinas, vitaminas, ibuprofeno, omeprazol, omega 3, zinc, y en caso de síntomas respiratorios, azitromicina. En días de normalidad, no se requería más de Bs. 80 para adquirir las dosis necesarias. Pero los comerciantes de la salud han convertido al Covid-19 en una oportunidad para enriquecerse. Las farmacias (creo que no hay honrosas excepciones), han triplicado los costos y hoy encontrar UNA aspirina es una proeza, una hazaña. Un kit puede costar hasta Bs. 1.000. La pandemia está escribiendo páginas de infamia en la historia del Covid-19 en Bolivia. Nuestros compatriotas mueren por falta de atención médica, de respiradores, de camas con UTI.

Es una situación sorprendente –e inaudita– pues los seguros de corto plazo son absolutamente ineficaces para atender a sus asegurados. Esperar resultados de pruebas «rápidas» del SEDES o de las cajas, tiene ribetes de tenebroso, pues los resultados llegan después de la muerte del paciente. La gente muere por falta de atención médica y en ese proceso infecta a su familia. Padres y abuelos mueren en brazos de sus hijos que ven con terror y angustia que fallecen de muerte atroz, y viceversa. Ineficacia, indolencia, incapacidad, falta de profesionalismo, es lo que campea en las cajas de seguro. Aportamos, mensualmente ¿para qué? Para nada. Es un negocio redondo: las cajas engrosan sus cuentas con la muerte de sus asegurados. Es canallesco, surrealista, ignominioso. Una simple acción administrativa de los directores de los entes gestores podría solucionar este problema, ordenando la importación de equipos de detección rápida, sin riesgo para sus abultadas arcas que se nutren con los aportes de los condenados a muerte.

El Comité ‘Científico’ que asesora al régimen, está a años luz de generar acciones preventivas como la que acabo de mencionar. Su inoperancia e ineficacia es tan evidente como su desprestigio, pues se dedicó a cuestionar las estrategias para enfrentar la Covid-19 con productos como el dióxido de cloro y se burlan de las gárgaras de bicarbonato, vahos, infusiones de wira wira, manzanilla, eucalipto y otras plantas medicinales. En cambio, vaticinan el incremento de casos para octubre, en clara advertencia a las elecciones que necesitamos con urgencia para elegir a un gobierno legítimo que sea capaz de sacar a Bolivia del desastre al que nos ha llevado el oprobioso gabinete de la Sra. Añez.

Valiosas vidas, de prestigiosos profesionales y académicos se han perdido, ante la impasibilidad del SSU, que NO atiende ni a decanos ni a estudiantes. Los deja morir en las puertas y pasillos de sus nosocomios, o al interior de sus hogares. La tragedia se ha hecho carne en las redes sociales y son numerosas las misas virtuales en sufragio de las almas de las sufridas víctimas de la inoperancia estatal, y, circunstancialmente de la Covid-19. El régimen prefiere comprar pertrechos y gases para reprimir «por seis meses» o para «hacer desaparecer a los ciudadanos en diez segundos». ¿Y los respiradores? Los rateros se ríen de la amenaza presidencial de castigar a los culpables, “caiga quien caiga”. Dicen que los autores intelectuales gozan del sol en las playas de Miami, y, creo que es verdad.

Luis Oporto Ordoñez

2 thoughts on “UNA OPORTUNIDAD PARA LA VIDA: PRUEBAS RÁPIDAS COVID-19.

Responder a Insurgente Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *