H-Insurgente

Las medidas de emergencia decretadas por el coronavirus, ha desatado una debacle económica en el mundo: derrumbe del precio del petróleo, pánico en las bolsas de valores y paralización de la producción. Estamos al borde de una gran recesión mundial.

Todos los gobiernos, han asumido medidas para proteger su economía. Lamentablemente, son de corte neoliberal para proteger los intereses de los más ricos. Así, en EE.UU. han solventado 700.000 millones de dólares, pero no para resolver los problemas de salud de la población, sino para salvar a banqueros e inversores con la compra de valores en la bolsa.

La golpista Añez, lo hizo peor. En plena crisis sanitaria autoriza comprar pertrechos bélicos y de seguridad por un valor de 40 millones, recurriendo para salud a un préstamo de 100 millones, que debe esperar el trámite burocrático, que dura varios meses; todo esto cuando los médicos y enfermeras denunciaban e impedían el ingreso de enfermos en los hospitales porque no existían condiciones clínicas y bioseguridad para la atención. Por lo visto el poder no solo vuelve insensible a las personas, también enferma su raciocinio.

Ahora, el gobierno de facto viene preparando dizque un paquete económico, pero sabiendo a quienes representa no se puede admitir que la emergencia sea para seguir favoreciendo a los ricos y las empresas que las patrocinan; tampoco pueden agobiar la situación económica de los sectores populares. Por ejemplo:

• Los empresarios no pueden dejar de pagar los aportes de las AFPs, porque después los trabajadores son los perjudicados en sus jubilaciones.
• No se puede eliminar las restricciones para importaciones, como los aranceles a todo tipo de mercadería porque ello atenta a la producción nacional, pero particularmente a los micro y pequeñas empresas. Solo debe ser para temas de insumos farmacéuticos y medicamentos además de seguridad alimentaria. Si no, la fiesta en río revuelto será para los importadores.

Al contrario, las medidas deben ser para aliviar la situación desesperante del pueblo, que estos 4 meses es testigo del derrumbe económico; sobre todo para aquellas personas que tienen el ingreso día a día, como vendedoras, comerciantes, transportistas, vivanderas, voceadores, etc. Se debe asumir medidas que beneficien a la mayoría del pueblo, como las sugeridas por un diputado:

• Condonación de pagos de los servicios de energía eléctrica, gas domiciliario y agua potable por el mes de marzo y lo que dure la emergencia.
• Reprogramación de los créditos en los bancos, con condonación de los intereses por el tiempo de la emergencia. Alguna vez los banqueros pueden reducir sus cuantiosas ganancias.
• Distribución gratuita de enseres y medicamentos para proteger la salud de la población. La salud no es mercancía, es un derecho.

Debemos rechazar y movilizarnos en caso de que, aprovechando la emergencia, nos impongan medidas privatizadoras y neoliberales.