FRENTE AL PELIGRO FASCISTA: RECONDUCCIÓN DEL PROCESO, UNIDAD Y MOVILIZACIÓN.

Comparte:

 

“No hay mal, que por bien no venga”, dicen una sentencia popular. En ese sentido, los acontecimientos del 24 de septiembre que fueron señalados, por la derecha fascista y racista que comanda Fernando Camacho, “Como el tiempo y el espacio para hacer detonar el misil del federalismo”, apenas se convirtió en un triste polvorín empapado de soberbia. Eso sí, pusieron en evidencia los objetivos políticos que persiguen: Cerrar las puertas a la democracia. Abrir un periodo de confrontación violenta y Asumir la estrategia de la balcanización[1] de Bolivia.

[1] Proceso de dividir a un estado en comunidades que se enfrentan en forma sangrienta.

Ese anunció conspirativo sonó como una trompeta de alarma para decretar la emergencia en las filas populares. Ahora ha quedado depurado el escenario político y los proyectos políticos en pugna: Por una parte, se tienen a las fuerzas populares y al gobierno movilizados por la defensa, consolidación y profundización del proceso de cambio; y en la otra vereda, la acción racista y fascista de la derecha, que, eventualmente unida, pretende ir más allá de un golpe de Estado proponiendo abiertamente la balcanización de Bolivia.

Lo que acontece en Bolivia en el plano político no es ajeno a lo que acontece internacionalmente. El imperialismo, que está en retirada en otras partes del mundo, ha decidido desarrollar una estrategia ofensiva, por la cual varios Estados de América Latina, estamos amenazados por las fuerzas más reaccionarias.

Estos sectores de extrema derecha, arropados con ideologías reaccionarias, han desatado abiertamente una “batalla cultural” contra el “populismo” que para ellos es sinónimo de socialismo o de comunismo. Su tesis fundamental es proponer “el Estado mínimo” del neoliberalismo. Es decir, reducir las funciones sociales del Estado a su mínima expresión, eliminar su intervención en la actividad productiva, con el fin de priorizar la propiedad privada y a la participación del libre mercado, además de suprimir las conquistas sociales a título de flexibilización laboral. En nuestro país, consideran que la whipala es sinónimos de comunismo. Sustentados en estas ideas ultraderechistas han desempolvado la tesis federalista, reactivando el regionalismo y el racismo.

En resumen, ya sea por la vía electoral, el golpismo o la federalización, la contraofensiva tiene como bandera la restauración del neoliberalismo.

La derecha se ha cohesionado en torno de una estrategia golpista y separatista.

La derecha está organizando o estimulando diversas acciones convergentes con el fin de crear un ambiente de desestabilización o crisis de gobernabilidad. A través de generar confrontación entre bolivianos, busca reeditar un golpe de Estado u obligar a la renuncia del presidente.

En esa dirección, respaldados por un perfecto y lubricado aparato de desinformación y la manipulación de los medios de comunicación, han desatado campañas para anular el informe del Grupo Investigación de Especialistas Independientes (GIEI) referido al golpe de Estado y la violación de derechos humanos, incluida la verificación de las masacres y ejecuciones sumarias del 2019, para convertir en víctima a Añez y exigir su libertad con informes adulterados sobre su salud. Por otra parte, plantea una reforma judicial que se centra en un solo aspecto, lograr el control del poder judicial para garantizar inmunidad a todos los actores del golpe de Estado de noviembre de 2019 (N-19). Todo esto tiene el fin de mostrarse como defensores de la democracia y la libertad y que el gobierno de Luis Arce – David Choquehuanca es autoritario y dictatorial.

Pero, las evidencias muestran que la derecha ha abandonado el camino democrático para traspasar al camino de la confrontación violenta. Ahí está la rearticulación de sus grupos paramilitares, de la Unión Juvenil Cruceñista (UJC), la Resistencia Juvenil Cochala (RJC), grupos de choque entre los cocaleros de Yungas, con entrenamiento militar y otros grupos similares en el interior del país. Es decir, han reorganizado facciones militarizadas con el fin de crear terror, miedo y paralización en la población, como lo hicieron el 2019. Los operativos vandálicos en torno del mercado campesino con uso de dinamita, bazucas caseras y hasta armamento letal no corresponde a una movilización reivindicativa, sino a un operativo de carácter militar. Los actos de humillación y desconocimiento al gobierno en las efemérides del 24 de septiembre, tampoco son casuales, corresponden a acciones planificadas.

“La marcha indígena”, que irónicamente tiene mayor participación de actores políticos que de indígenas originarios, es un arma de la derecha para cuestionar la legitimidad de la Asamblea Legislativa Plurinacional con la conformación de un Parlamento Indígena trucho. Se prevé que los marchistas, al arribar a Santa Cruz, solicitarán a la gobernación les resuelva sus reivindicaciones, desconociendo las atribuciones del poder central, demostrando de esa manera, su deseo de dar vigencia al federalismo. En el curso de su recorrido, no pudieron organizar provocaciones para atribuirlos a los interculturales u ocasionar un enfrentamiento con ellos. Pero eso sí, no están descartadas acciones punitivas de grupos paramilitares de la UJC contra migrantes del occidente con rasgos de una limpieza étnica.  La composición política que tiene ese movimiento, le convierte en herramienta del Federalismo, barnizada de indigenismo, para ser la antípoda del Estado Plurinacional.

El rechazo a la Ley Contra la Legitimación de Ganancias Ilícitas, que devienen de la corrupción o de la comisión de delitos económicos en contra del Estado, incluido lavado de dinero, fraudes, evasión de impuestos o contrabando, tiene la finalidad de proteger capitales mal habidos y a políticos corruptos que pretenden continuar financiando a partidos de derecha, y cuyo fin último es proteger sus actos ilegales y el latrocinio en contra del Estado cometidos durante la gestión golpista. No es menos cierto que su falsa oposición en contra de reforma a la justicia, no es más que una máscara que pretende buscar la impunidad, bajo la bandera de meritocracia. El cambio de todas las autoridades judiciales busca generar una hoja en blanco en la justicia boliviana, situación que nunca antes se ha visto en la historia nacional, ni en la historia de ningún país. Su único fin es de generar confusión e impunidad, bajo el eufemismo de meritocracia.

Todo esto muestra que la derecha y sus grupos paramilitares, están ya en un afán golpista. Es ingenuo suponer que la derecha se va a resignar a aceptar la victoria popular del 18 de octubre de 2020. Por el contrario, todos los días siguen conspirando, permanentemente se convoca a la desobediencia civil y a tomar las calles con diferentes actores y motivos; también se convoca a los militares a rebelarse.  Advertimos que bajo este accionar se puede reeditar masacres sangrientas y asesinatos selectivos para descabezar el bloque nacional popular. No hay excepciones, la derecha en su conjunto están nuevamente desarrollando una aventura golpista.

Frente al peligro fascista: reconducción del proceso, unidad y movilización.

Frente al peligro del golpe fascista, racista y separatista, el pueblo y sus organizaciones sociales no pueden asumir una posición de expectativa. No podemos quedarnos en los balcones a ver qué pasa. Resultaría una posición suicida repetir lo que se hizo el 2019. En esa oportunidad cometimos varios errores: el primero, y fundamental, fue guardar silencio y no responder a las señales de alerta que el análisis político comprometido advertía, además de observar, simplemente, que la derecha tome las calles.

Si hemos asimilado la lección, hoy debemos evitar que la derecha tome el control de las calles. Reiteramos, se están repitiendo situaciones vividas el 2019. La derecha está avanzando en sus acciones conspirativas y los estamos dejando avanzar.

Consideramos que, en este momento y en el futuro, el tema central, más allá de la coyuntura, es la reconducción del Proceso de Cambio. Reconducir el proceso significa desarrollar una política integral y económica que realice cambios estructurales. Una de ellas es el control de la producción y comercialización de la riqueza que se produce en el país. En la actualidad, sólo el sector de hidrocarburos y la venta del estaño metálico son las fuentes de divisas para el Estado. Esta actividad debe generalizarse con el resto de las actividades económicas exportadoras.

Las cumbres por la reconstrucción económica, a pesar de sus limitaciones, están jugando un rol de unificación. Se trata, entonces, de fortalecerlos discutiendo medidas estratégicas y no solamente de coyuntura. Ya que una revolución que se estanca, es una revolución derrotada. Entonces, para triunfar hay que avanzar.

De lo que se trata, en el fondo, es clarificar el camino que se debe seguir. Lo acaba de decir el presidente Luis Arce en uno de sus discursos “Independencia económica es liberación nacional”. Se deben asumir medidas económicas y políticas con soberanía para avanzar por las sendas de la descolonización y la   liberación nacional.

La movilización del pueblo, de las organizaciones sociales, de jóvenes y mujeres es ahora urgente y el único camino para impedir los planes de la derecha y del imperialismo. Ahora, más que nunca necesitamos la unidad alrededor del gobierno y del proceso. Se trata de defender lo que hemos logrado hasta aquí y vencer la conspiración derechista.

Ante los peligros del golpe fascista y racista y la balcanización, ha llegado la hora de arrojar fuera de nuestras filas la mezquina lucha de intereses y de acaparar parcelas de poder. Frente al peligro golpista, exhortamos a nuestros líderes a abandonar las disputas internas. Es el gobierno de Luis Arce y David Choquehuanca, junto a los movimientos sociales, los que deben asumir el liderazgo para articular nuestras fuerzas y tomar las decisiones para defender y profundizar el proceso, construir un verdadero proceso democrático. La existencia de varias o ninguna línea política, de varias cabezas o ninguna dirección dentro del proceso no hacen más que debilitar nuestras fuerzas y favorecer la estrategia de la derecha. Hoy, más que nunca, necesitamos reconducción del proceso, unidad y movilización.

¡UNIDAD Y LUCHA¡ ¡VENCEREMO

¡LOS FASCISTAS Y RACISTAS, NO PASARÁN!

La Paz, 28 de septiembre de 2021

Colectivo Revolucionario Plurinacional

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *