En las últimas semanas, parlamentarios de derecha viajaron a Estados Unidos para pedir sanciones para nuestro país luego de las justas detenciones de la autoproclamada Jeanine Añez y varios de los miembros de su gobierno de facto.En realidad,la derecha recurre al imperialismo como derivación de su debilidad interna.En efecto, está fragmentada y sin capacidad de movilización;claramente,esto es momentáneo,pero explica las acciones que siguió y que seguirán.Las primeras acciones que planificó la derecha estuvieron centradas en reactivar la movilización con eje en el Comité Pro Santa Cruz,el resultado fue un tremendo fracaso que mostró su debilitada capacidad de convocatoria,un estado social menos proclive a la confrontación y una esmirriada capacidad de articulación.Esto,lo repetimos,es una debilidad momentánea; pero arroja una clara conclusión: es ahora cuando se deben continuar con los procesos judiciales abiertos a la banda golpista,no solo en base a las acciones de índole jurídica sino a la movilización popular.

La cancillería debería entablar una estrategia para hacer conocer en las instancias internacionales el accionar y consecuencias del gobierno de facto,no dejar ningún espacio a la derecha y sin otorgar pretexto alguno.Es muy difícil defender un Golpe de Estado con dos masacres,más aún con la jurisprudencia latinoamericana en relación a la condena de los represores de las dictaduras.

Habría que ver cuáles son los efectos de posibles sanciones económicas en las empresas y negocios de la burguesía;eso puede generar distanciamientos entre la representación política de derecha y su clase.La oposición venezolana se fragmentó y se aisló fruto de su apoyo servil a las sanciones imperialistas.Esa política tiene múltiples riesgos para los cipayos de toda laya.

Siempre trataron de amedrentarnos,decían que se fugarían las inversiones si insistíamos en la nacionalización de nuestros recursos naturales y empresas privatizadas, o el aislamiento si nos integrábamos a Venezuela y a los países del “eje del mal”.Nacionalizamos y apostamos por la integración latinoamericana,y esos fueron los mejores años de nuestra historia.

Si algo aprendimos fue a no retroceder frente al imperialismo y sus múltiples amedrentamientos.El imperialismo ve en Camacho la oportunidad de otro nuevo golpe y volver a enarbolar el separatismo,no actuar en el momento debido sería catastrófico. Retroceder no evitará problemas,solo los agravará;otorgando tiempo valioso para la reorganización de la derecha. Aún estamos bajo el espectro del golpe y hay que actuar en consecuencia.

El fracaso del gobierno golpista fue también el fracaso del imperialismo.En efecto,no pudieron terminar con el internacionalmente reconocido modelo económico boliviano,que marca una alternativa real al neoliberalismo y,tampoco,pudieron apropiarse del litio y nuestros recursos naturales de manera duradera incorporándolos a su circuito de acumulación.Además,debilitamos su estrategia de reimplantación del Golpe de Estado como método de recolonización en la región.Son victorias aleccionadoras e importantes en momentos donde los países del centro quieren que los países de la periferia paguen los costos de la crisis.Se dirá que no son victoria definitivas,pero son victorias que se lograron sin retroceder y sin claudicar en lo fundamental de nuestro programa histórico.

Por Marcelo Delgadillo