1. Hace un año atrás.

• El programa “Detrás de la verdad”, exhibiendo documentos destapó una olla de corrupción por la compra de agentes químicos, pólvora y balines de goma que fueron comprados por los Ministerios de Gobierno y Defensa del gobierno golpista.
• La compra se tenía que realizar de manera directa por la Empresa Cóndor en Brasil, pero el 26 de noviembre de 2019 el Ministerio de Gobierno da marcha atrás y le informa que la compra se haría a través de una intermediaria, la compañía Bravo Tactical Solutions LLC, establecida en Miami.
• El 19 de diciembre de 2019, Fernando López firma el contrato con la intermediaria. El Estado asume el pago total de 5,6 millones de dólares por la compra. La autorización para que el BCB desembolse los 5,6 millones de dólares lo firma Jeanine Añez en su condición de Presidenta, por tanto, tenía pleno conocimiento del affaire.
• “Detrás de la Verdad” muestra un contrato del Gobierno de Venezuela con la empresa brasileña Cóndor, a menos de la mitad de precio de los agentes químicos. Por tanto, si la compra se hacía sin intermediario y directamente, el Estado hubiera gastado 2,3 millón de dólares menos, los mismos que se repartieron entre el grupo delincuencial de los dos ministerios golpistas.
• Además, el programa ya denunció los estrechos vínculos entre Arturo Murillo, el Bolas, Sergio Méndez, el Jefe de Gabinete y hombre de confianza del Bolas, y, Luis Berkman, el empresario y amigo personal de ambos.
• Todos los datos esenciales que hoy se conocen a través del FBI, ya se conocían en el país hace un año atrás. Con el agregado de que el conductor del programa de Gigavisión, Arias Junior, fue amenazado por Arturo Murillo al extremo que se separó temporalmente de su actividad periodística para preservar su seguridad personal.

¿Por qué hace un año guardaron un silencio lúgubre Carlos Mesa, Tuto Quiroga, Fernando Camacho, Doria Medina? ¿Será porque hace un año todos participaban del festín golpista y entre bomberos no se pisan la manguera? ¿Será porque Murillo fue abandonado por el Departamento de Estado y ellos no quieren tener la misma suerte? Lo cierto es, que estos grotescos personajes, en su oportunidad no denunciaron la corrupción, convivieron con ella, es más, ni siquiera reclamaron por el atentado a la libertad de expresión del cual era víctima Gigavisión, hasta se olvidaron su falsa defensa de la democracia.

2. Un año después

Actualmente, se conocen ya muchos datos sobre los actos de corrupción. Si estos señores son consecuentes, principalmente Carlos Mesa y Fernando Camacho, deberían ordenar que sus bancadas hagan realidad lo que han aclamado estos días: JUSTICIA Y EXTRADICIÓN.

Entonces les pedimos actuar en consecuencia:

1. Que den curso al juicio de responsabilidades de Jeanine Añez en la Asamblea Legislativa Plurinacional, para que sea la ley la que juzgue sus actos. El Congreso debería sesionar inmediatamente para asumir una definición sobre este tema de cara al pueblo.
2. Que sus palabras contra la corrupción vayan acompañados de acciones concretas, que no se opongan a la investigación de los actos de corrupción, como ellos dicen, vengan de donde vengan y que no sigan con la cháchara de la “persecución política”, dejen actuar a la justicia.
3. Crear una comisión congresal que haga seguimiento y fiscalización para que se cumpla el debido proceso en los estrados judiciales, además para evitar la chicanera jurídica y garantizar la transparencia.

Solo cuando sus palabras correspondan a sus actos podremos creer en la sinceridad de sus declaraciones, caso contrario ratificarán la conocida práctica de la retórica que solo sirve para ocultar el cinismo.