CORONAVIRUS TAMBIÉN MATA LA DEMOCRACIA

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H-INSURGENTE

El coronavirus se veía venir, China alertó al mundo los primeros días de enero; enseguida la OMS declaró alerta mundial. Pero, en Bolivia, recién se había hecho del poder una élite golpista, que estaba y aún está embriagada por una victoria pírrica; ignorando la situación de crisis en Bolivia y la emergencia mundial, propia de la avaricia de la derecha, la autoproclamada presidenta y su partido UD, se lanzaron en una carrera electoral cegados por la ambición y ansias de poder. Comenzaron a diseñar un Plan A y un Plan B. El Plan A, para ganar las elecciones con fraude incluido. Pero… vino el coronavirus, y anunciaron su Plan B, que ya estaba preparado: postergar las elecciones. Pero ahora, siguiendo sus ambiciones de permanecer en el poder, ya han propuesto la suspensión indefinida de las elecciones. ¡Albricias¡ parece que todo sale a pedir de boca.

Pero, en esta carrera loca por el poder, olvidaron el coronavirus, y ante su presencia comenzaron a improvisar medidas a tontas y a ciegas; quienes lideran estas acciones son dos funcionarios ligados a la embajada norteamericana y a USAID, Erick Foronda e Ivan Arias, relegando al Ministro de Salud, expresidente del Colegio Médico de Bolivia, que fue convertido en el vocero estadístico de la Pandemia. Ante la falta de una estrategia de salud, comenzaron aplicar su estrategia electoral para enfrentar al coronavirus, que analizaremos después. Hasta Meza descubrió que Añez está electoralizando el coronavirus, por eso, a través de terceros ha empezado otra campaña, que la autoproclamada renuncie a su candidatura. Vaya lío en la que están Meza y Añez. Mientras tanto los problemas son para los médicos, sin implementos de bioseguridad, y para el pueblo que está amenazado por el coronavirus y la indolencia del gobierno.

El gobierno golpista no está percibiendo que el coronavirus es una amenaza para todos. Pero, ellos apuntan a resolver los problemas sólo para una minoría, en algunos casos privilegiados para recibir favores excepcionales del poder. Las medidas deben involucrar a todos, o no debe llegar a nadie. Por estas razones el gobierno está perdiendo el control, son los gobiernos locales los que han logrado mejores respuestas y con apoyo de su población; es el caso de Oruro y de la mayoría de las alcaldías rurales y de autoridades indígenas. Pero la discriminación contra la mayoría y el privilegio para unos cuantos es la forma de gobierno y de la gestión de la crisis:

  • Aumento de salarios para los policías y desamparo total de médicos y personal de salud con implementos de bioseguridad. Privilegio para unos y riesgo para otros.
  • Vuelos solidarios y con todos los protocolos de bioseguridad para “los que se pueden pagar” (vuelo Santiago de Chile – Santa Cruz – Cochabamba), prohibición de ingreso a su Patria para quienes “vienen a pie”, con malos tratos propios de un campo de concentración. Para una minoría solidaridad humana, para otros compatriotas discriminación, represión y estigmatización.
  • En el pago de luz existen también diferencias odiosas, para las familias que se pasen en su consumo encima de 120 Bs, digamos 122 Bs. recibirán un subsidio de 61 Bs. (50%), pero si el consumo es de 600 Bs. Recibirán un subsidio de 240 Bs. (40%); en el primer rango se encuentran una gran sector de clase media (profesores, médicos, profesionales, etc.) que recibirán menos subsidios que la mayoría de 120 Bs y, también, menos que la minoría pudiente. Los que tienen más reciben más apoyo que la mayoría de la población. Otra vuelta el privilegio para unos cuantos.
  • Se prohíbe la movilización absoluta de los mayores de 65 años, pero a renglón seguido, se implementa una modalidad de pago de rentas que causan concentraciones masivas de personas de la tercera edad, poniendo en riesgo su salud. Pero, se censura la acción solidaria de alcaldes y organizaciones sociales porque dizque están causando aglomeración de gente.
  • Se realiza “ciberpatrullaje” a cuentas en redes sociales para impedir la libre expresión, pero se estimula y financia la creación y difusión  de noticias falsas y la discriminación contra grupos sociales. Contradicciones entre lo que se dice y hace, que se ha vuelto moneda corriente en la acción del gobierno.

Tantas son las contradicciones,  incongruencias, improvisaciones y desatinos del gobierno de facto, que está viviendo una crisis interna profunda (cambio de autoridades, ahora Ministro de Salud); incluso sus ambiciones electorales están en grave riesgo. Y, como todos los gobiernos dictatoriales buscan en quienes descargar su crisis, su rencor y su odio, pero también como justificar sus errores, para ello, buscan politizar la crisis y, aprovechando el monopolio que hoy tienen de los medios de comunicación acusan a unos y  otros de planes y acciones de desestabilización. Han desatado nuevamente una ola de represión y de juicios contra los opositores.   Pero, ya no pueden ocultar sus desatinos en la gestión de la crisis y en el desastre económico que está causando sus medidas neoliberales. Hay infidencias que señalan que desde el gobierno buscan generar conflictos sociales para justificar una represión generalizada.

Pero, como el pueblo no puede ser un actor pasivo de la situación que vivimos, ha comenzado a expresar su decepción, su descontento e insatisfacción de distintos modos:

  • Los médicos y trabajadores en salud de todo el país exigiendo condiciones y seguridad para desarrollar su trabajo se han declarado en Estado de Emergencia con la amenaza de suspender la atención. Mientras tanto, los médicos egresados de Cuba han confeccionado su propios implementos y distribuidos además a otro personal. Lo mismo los médicos de El Alto.
  • Los trabajadores mineros han amenazado con movilizaciones porque se pretende liquidar con la Fundidora de Vinto en Oruro, será porque los orureños no acataron las disposiciones del gobierno. También por el aporte a la banca de 500 millones de dólares de los ahorros de los trabajadores (AFPs).
  • Los pobladores de Riberalta, Trinidad y Guayaramerin con sendas manifestaciones exigiendo cupos para alimentar a sus familias en barrios populares. Se han expresado ya otras movilizaciones en varios lugares del país.
  • Con el desacato a la cuarentena en varios barrios populares del país.
  • Con quejas por los  malos tratos de las personas de la tercera edad, que están siendo expuestos en las calles, habiendo enterrado el gobierno su propia disposición de prohibir la circulación de personas mayores de 65 años.
  • Protestas de  comerciantes y transportistas, etc., etc., etc., etc…

Esta es la realidad ante la ausencia de una estrategia que no conoce ningún sector de la población. Pero, el gobierno, ha decidido movilizar a la policía y a las FF.AA.,  como ocurrió en toda situación de emergencia que vivimos, NO para coadyuvar en la crisis sanitaria, sino para reprimir al pueblo bajo el argumento de “controlar” la pandemia.

El apresamiento de los dirigentes vecinales y de mototaxistas de Riberalta es la muestra de cómo se está utilizando el coronavirus para atacar y arrinconar a los contrincantes o a los descontentos, matando los derechos constitucionales y democráticos de las personas y del pueblo a expresar sus exigencias o su descontento. Los dirigentes de esa movilización, a quienes no se les puede acusar de masistas, hace dos meses fueron parte de una Comitiva de Recepción que departió con la presidenta golpista, han sido detenidos y acusados, ya no de sedición, sino de poner en riesgo la salud de las personas cuando en Riberalta no existe ningún enfermo de coronavirus.

A nombre del coronavirus están matando la democracia.

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