Contra la agresión de los golpistas, UNIDAD Y ORGANIZACIÓN

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VÍCTOR VACAFLORES PEREIRAMiembro de la Red de Economía Política

Las organizaciones revolucionarias y partidos de izquierda, saludamos el cacerolazo y petardazo del pasado domingo 10 de mayo contra el hambre y por las elecciones. Esta forma de protesta y acumulación de fuerzas y conciencia, enriquecen las variadas formas de lucha del pueblo a lo largo de nuestra historia.

Seguimos siendo testigos, de la improvisada y desastrosa gestión de la pandemia del coronavirus por parte del gobierno transitorio que quiere perpetuarse; de las permanentes denuncias de ausencia de ropa, reactivos, capacidad instalada e instrumentos de bioseguridad, pese a los ingentes recursos económicos del Estado y los recibidos en donaciones y créditos.  El abuso descarado de los bienes del Estado y la corrupción generalizada en pocos meses de gestión gubernamental escandalizan incluso a sus aliados y sectores que respaldaron el Golpe de Estado. Estamos ante un escenario en el que la población boliviana comprueba de forma directa lo que sostuvimos siempre: que la oligarquía, las clases dominantes y sus partidos de derecha no tienen patria, no tienen sentimiento nacional, no les interesa el futuro de los bolivianos, sino, sus propios intereses mezquinos y el saqueo del país.

Ante la conminatoria de la Alta Comisionada de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Michelle Bachelet, y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para la modificación del Decreto Supremo mordaza N° 4231 que era un atentado contra la libertad de expresión y prensa y, el rechazo y condena de periodistas, organizaciones sindicales, populares, académicas, parlamentarios e incluso parte de la iglesia católica, los golpistas tuvieron que retroceder, dejando sin efecto este paquete de medidas que pretendían agudizar la represión y el miedo en la población. Pasa que la difusión de críticas, caricaturas, memes, artículos, ensayos, videos en redes sociales y medios de comunicación ponen al desnudo la incapacidad y la corrupción de los improvisados al extremo de la burla.

La coyuntura es muy dinámica, el desgaste de los golpistas por sus propios actos se va profundizando, mas nuestra acción independiente y popular, debe concentrar nuestra orientación inmediata en la siguiente dirección:

1.       Rechazo a la política transgénica de los golpistas. Siguiendo la agenda que los motiva, los agroexportadores pretenden aprovechar la confusión por el COVID-19 e introducir con la aquiescencia del gobierno que auspiciaron, tres productos nuevos en la lista de transgénicos, cuando ni la legalidad ni la salud de la población importa mucho. Nuestra respuesta debe ser contundente. No podemos permitir que las ambiciones privadas se antepongan a la Constitución Política del Estado y a la salud del pueblo. Junto a otros sectores económicos, sociales y productivos, debemos generar todas las formas de condena, rechazo, oposición y movilización contra esta medida.

2.       Transformar en Empresas Sociales aquellas que sean cerrarlas.  La crisis capitalista en su forma neoliberal, ya estuvo presente antes de la pandemia del COVID-19. Los empresarios, como siempre, pretenden descargar el peso de la crisis en los trabajadores abandonando o cerrando las empresas, echando a la calle a los trabajadores. Los trabajadores resistirán y nosotros con ellos. Aquellas empresas que cobardemente sean abandonadas o se justifiquen en quiebras fraudulentas, tienen que ser operadas y puestas en funcionamiento bajo administración de los propios trabajadores con el respaldo legal y estatal necesario. Esta es la forma alternativa de resguardar las fuentes de trabajo, la producción y toda actividad laboral; como siempre debió ser.

3.       Condena y denuncia internacional de la represión en K’ara K’ara y Sacaba. Nuevamente el régimen golpista, hace gala de su demencial violación de los derechos humanos en las zonas de K´ara K´ara y Sacaba, donde victimaron sañudamente a la población que exige nada más que comida para sus familias y condiciones para volver a trabajar frente a una cuarentena indolente que no reconoce las necesidades diarias de amplios sectores de Bolivia. En su comodidad, los usurpadores del poder ni se imaginan las verdaderas necesidades de las familias que viven con el trabajo diario. Su lógica represiva, patriarcal y señorial les hace ver a los pobladores como “indisciplinados a los que hay que sentarles la mano”. Frente a la reiterada y sistemática vulneración de los derechos humanos, nuestra tarea y la de las organizaciones populares, sindicales, sociales, barriales, juveniles y profesionales, es denunciar nacional e internacionalmente estos vejámenes que está sufriendo el pueblo boliviano por parte de la Policía y las Fuerzas Armadas sirvientes. Asimismo, la Asamblea Legislativa Plurinacional debe investigar y exigir informes; el Órgano Judicial debe procesar a los responsables; los medios de comunicación deben denunciar internacionalmente. Queda la gran tarea de transformar estructuralmente las F.F.A.A. y la Policía Nacional.

¡Defensa intransigente de los derechos y conquistas laborales!

¡Unidad popular frente a la criminalización de la protesta!

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